Rescatando a la Luxora: Quinoa

Publicado el 3 de abril de 2025, 12:04

La Luxora estaba internada en un aséptico hospital, sometida a un tratamiento al objeto de reducirle el mal por todos conocido, consecuencia de los males provocados por la ingesta compulsiva de quinoa, producto que ella afirmaba que le estaba salvando la vida. Y en esto llegó leopoldo, a las cinco de la mañana, al pie del hospital.

leopoldo, que como todos sabéis era un gran alpinista, se situó al pie del centro sanitario, justo debajo de la habitación de María Lore Luxora. Y emprendió la escalada. No pudo el menor de los paneros evitar recordar con verdadero pánico el ascenso en los Alpes que por poco le cuesta la vida, al iniciar una vía 7-A con un mosquetón de menos. Lo cual le llevó a coser un desplomado con un seguro en falta: muerte segura si caía, en cuyo caso se produciría el efecto cremallera: saltarían las chapas una a una con la segura muerte como fin de película.

Motivo por el cual leopoldo decidió optar por la escalada libre.

La máxima concentración y su espléndida forma física facilitaron que leopoldo llegase a la habitación de su editora, cuya ventana estaba cerrada. Motivo por el cual la desesperación llevó al intrépido escalador a romper el cristal de la ventana.

Lorena que estaba repasando su libro sobre “los gatos como opción vital”, se vio sorprendida por el ruido y más al ver que era nada más y nada menos que el hermano de Michi Panero, el aparecido.

Beso de tornillo y apertura del táper que traía su visitante, que contenía una morcilla de Burgos.

“Te la comerás en tres tiempos 1-1-1 (desayuno-comida y cena) y es imprescindible que no la mezcles con quinoa”.

No le dijo nada María a los facultativos y procedió a la ingesta tal como le había indicado su amante. La quinoa acabó en el váter y fue sustituida por la morcilla, que a partir de ese día le haría llegar leopoldo a diario, unas veces repitiendo la escalada y otras, disfrazado de enfermera.

La mejoría fue impresionante. Y a los diez días Lore fue dada de alta.

Lo celebró la pareja en una trattoria romana con Lambrusco.

Y ya jamás la Lore volvería a envenenarse con quinoa.

 

leopoldo

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