Apocalipsis

Publicado el 3 de abril de 2025, 12:04

Eran las tres de la mañana, media hora antes de que yo me levante. Estaba entre el sueño y la vigilia. Un estruendo y una luz cegadora se apoderaron de la habitación. Pensé que se trataba de un sueño. Pero los estruendos permanecieron.

Desiluminado por la luminosidad, pude observar que, acompasadas por la luz, unas grietas profundas hacían resquebrajar la habitación.

Ya está: es un sueño.

Para cerrarme, fui al baño a poner la radio.

“Radio Galega”, como siempre, me informó de que se trataba del fin del mundo. Ya que el fenómeno sísmico se había producido a nivel planetario. Todo el mundo estaba afectado. E iba in crescendo a ritmo feroz. No era un sueño. Era la puta realidad.

¡Esperé a ver si terminaban los temblores, pero qué va! La casa comenzó a caerse. Y mi piso del Ventorrillo con ella.

Salí al portal con una radio portátil en la mano que me decía: “Permanezcan en sus casas”. Y así lo hice.

Fui al salón, abrí mi PC y escribí: AMOR.

 


leopoldo

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