Abdul llevaba un año en España. Estuvo preso un año en la cárcel de Teixeiro por tráfico de hachís. Por culpa de unos amigos magrebíes que le ofrecieron trabajar de mula a cambio de una considerable cantidad de dinero.
En prisión contactó con la ONG Sénvalos y con Pachi, quien le ayudó a regularizar su situación y le buscó trabajo de jardinero en el Ayuntamiento herculíneo.
Por Pachi conoció a Keka, quien llevaba ya treinta años trabajando con la población inmigrante. Y procedió a presentarles a su amor a sus progenitores.
—Mira, papi, este es Abdul, vino de Camerún. Nos queremos mucho. Estuvo preso en la cárcel de Teixeiro porque unos mal llamados amigos magrebíes le liaron y cometió un delito de tráfico de hachís. Durante este año aprendió español en prisión con leopoldo. La ONG Sénvalos y especialmente su director Pachi han regularizado su situación. Y ha hecho un curso de formación como electricista en prisión.
Juan, el padre, le preguntó con evidentes signos de nerviosismo: —¿Tiene papeles, dinero, enfermedades, estudios, trabajo...?
BUENO, ABDUL, BIENVENIDO A ESPAÑA Y A MI CASA.
leopoldo
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