Vicky y María Lorena.
Dos joyas del sexo perfecto padecen cáncer. Mi editora y mi prima.
Las dos lo superarán sin el mínimo contratiempo.
María resolvió el asunto al demostrarse que el cáncer no era sino una magdalena podrida que la envenenó sin piedad. Y la Victoria, pudo con su gran femineidad superar el mal. Que tras ingerir fetuchinni al pesto dio un vuelco a las estadísticas y la cosa quedó en un gran susto. Los mimos de enriquito fueron el motivo que facilitó su curación. A la Lore la operan en breve, pues la magdalena podrida le causó graves desajustes psicosomáticos.
Pero qué cáncer ni qué ostias, las dos son y serán grandes trabajadoras simpáticas y luchadoras que, con la ayuda de leopoldo demostrarán al mundo que el Amor puede con todo. Pero yo, sinceramente, hubiera preferido que les tocase la lotería. Y que se viniesen ambas -pagando todo- con leopoldo a Sicilia a excederse, bebiendo Lambrusco y devorando pizzas Calzone.
Y ya de noche, haciendo un trío porno con este miserable escritor, quien insisto les demostrará que el Amor y el sexo son fuerzas divinas insuperables.
Y los ovarios de ambas serán la razón de que la lucha de la mujer es una fuerza insuperable que se descojona de la masculinidad, tan pacata e insuficiente.
Lore, yo quiero que me escribas la dirección del hospital al que pueda hacerte llegar un ramo de rosas-ROJAS-que-disfrutarás-sabiendo que provienen de alguien que te quiere un montón. No te preocupes que le pediré dinero a Javier para pagar el detalle. Ya que con mi literatura no puedo ni pagarme los condones.
leopoldo
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